lunes, 29 de noviembre de 2010

"SILENCIO Y DESPUÉS ...... LA MÚSICA"





Este artículo fue publicado en la revista "ESCUELA GUSTAV MAHLER" de Almendralejo (Badajoz), en Septiembre de 1988.








"SILENCIO Y DESPUÉS .... LA MÚSICA"

Con estas breves palabras pronunciadas por Don Joaquín Parra González, dio comienzo el pasado 8 de Julio, en el Salón de Actos de la Caja Rural de Almendralejo, el concierto previo a la entrega de diplomas a los alumnos que habían asistido al II Curso de Pedagogia del Piano, organizado por la ESCUELA GUSTAV MAHLER, e impartido por el mismo Profesor Parra.

Silencio y ... después la música. Hermosa frase cargada de sentido, dicha por un profesional que sabe de la importancia del silencio en la música

En la época actual existe una gran tendencia el ruido, alcanzando proporciones desorbitadas en los llamados conciertos de rock, donde el público canta, baila y grita a la vez que los que están en el escenario. Posiblemente este tipo de manifestación artística tenga que llevarse a cabo en este ambiente para poder desarrollarse, y la participación de los asistentes forme parte del espectáculo, pues sin la misma no sería completo, pero dejando aparte este género, el silencio es primordial para la música.

A la hora de componer, el silencio y la soledad es la base misma de la inspiración. Santiago Ramón y Cajal decía, que: "solamente en la soledad somos dueños de nosotros y creamos en nuestra conciencia la íntima convicción de la libertad".

Consigamos para nuestro espíritu ese estado de libertad, y estaremos en condiciones óptimas de extraer lo mejor de nosotros mismos. El recogimiento será nuestro mejor aliado en el momento de la composición, pues hace que sintamos con más intensidad el rítmico latir de nuestro corazón y el fluir de las ideas.

Que el silencio es fructífero y perfecciona, lo prueba el hecho de que Beethoven, desde el aislamiento sonoro que le impuso su enfermedad, continuo adelante con su gran obra, y a esta etapa de su vida pertenecen los temas más llenos de fuerza y expresión.

El acto de la interpretación tiene que realizarse en el ambiente adecuado, y el artista debe contar de antemano con un silencio respetuoso que le permita ejecutar la obra, y así poder transmitir su mensaje, contagiar a los demás de su sentir, y conseguir una completa comunión con el público, debiendo romper el encanto de este clima, solo el aplauso final, muestra de aprobación e identificación con el autor y el interprete.

ASUNCIÓN DIAZ


domingo, 14 de noviembre de 2010

ESTE ERA "CURRY", MI PERRO.














VIVIÓ 17 AÑOS, TODOS ELLOS EN NUESTRA CASA. CUANDO MURIÓ DEJÓ UN GRAN VACÍO, PORQUE A SU MANERA HABÍA COMPARTIDO CON NOSOTROS MUCHAS DE NUESTRAS VIVENCIAS. SIEMPRE RECORDARÉ CON CARIÑO A MI PERRITO "CURRY".

jueves, 11 de noviembre de 2010

HOMENAJE A MARÍA GRACIA DONOSO ( I )


Este tema lo publiqué aquí en mi blog el 11 de Noviembre del 2010, pero lo actualizó, porque habiendo contactado por Facebook con Gracia Monje, hija de María de Gracia Donoso, quiero darle a la misma la ocasión de leer esta bonita composición de su madre.


Mi querida amiga María de Gracia, amante de la composición musical y de la literatura, falleció en Chipiona (Cadiz), el 13 de Julio del 2010, y en su honor rescato una de sus poesías, concretamente la dedicada a la torre de la Parroquia de la Purificación de Almendralejo, ciudad donde ambas nacimos.
Este trabajo está fechado en el propio Almendralejo en Julio de 1971.

LA TORRE DE ALMENDRALEJO

Erguida, altiva, esbelta torre
que das la bienvenida al viajero
que tras recorrer largo camino
regresa, ilusionado, a Almendralejo.

Desde antes de llegar se te divisa
-enhiesta y orgullosa- desde lejos,
como dueña y señora del paisaje,
rodeada de olivares y viñedos.

Tierras llanas de dorados trigales
alternando con pardos barbechos,
y un puñado de edificios blancos
que se apiñan alrededor de tu cuerpo.

Por encima de ellos te elevas
recortando tu silueta en un cielo
pocas veces cubierto de nubes,
casi siempre de un azul intenso,
que penetra a través de los ojos
de ilusiones y de afanes nuevos.

Tú, que has sido testigo impasible
de alegrías y de sufrimientos;
que has sentido en tu carne la herida
-en tu carne de piedra y cemento-
cuando el odio feroz de los hombres
desatose un verano en el pueblo.

Tú, que sabes aguantar impertérrita
los rigores del frío del invierno,
de la lluvia, la escarcha. la nieve,
la tormenta el granizo y el hielo.

Tú conoces muy bien sus sudores
y su lucha con los elementos.
Tú le has visto doblarse en el surco
preparando con mimo el barbecho

que mañana será sementera
y después, con el cambio del tiempo,
mar de oro de rubias espigas
que se ondula al paso del viento.

Tú conoces muy bien sus afanes,
tú le has visto sufrir en silencio
por la falta o exceso de lluvia
y conoces su eterno desvelo,

por la tierra que quiere y trabaja,
y has oído sus cantos rompiendo
la siesta de un día de verano
preparando a las mulas el pienso.

Y le has visto volver por la tarde,
mosto y sudor empapando su cuerpo,
con su carro repleto de uva,
recompensa a un año de esfuerzo.

Eres, torre, faro vigilante
cuatro ojos a los cuatro vientos
de este mar sin rocas ni oleaje
de verdes olivos y recios sarmientos.


Maria de Gracia Donoso Morán
Julio 1971