sábado, 23 de noviembre de 2013

JAVIER URRA, UN CONFERENCIANTE AMENO.

Europa Press informó el pasado día 20, que el Gobierno de Navarra ha concedido el Premio Francisco de Javier 2013 al psicólogo Javier Urra, por su dilatada y fructífera carrera profesional, en la que ha expuesto siempre con satisfacción su origen navarro.

Mi felicitación al señor Urra, y aprovecho esta noticia para referirme a la conferencia que pronunció en Almendralejo el 11 de este mes de Noviembre, en el Salón de Actos de Cajalmendralejo.

De todos es conocido su prestigio como psicólogo forense, profesor de ética y deontología, autor de diversos libros, además de sus intervenciones en los medios de comunicación audiovisuales.

Cuando acudimos a una conferencia, la mayoría de las veces lo hacemos con el presentimiento de que va a ser algo aburrido, que nos vamos a encontrar con alguien que sabe mucho de un tema, que llevará un montón de folios repletos de datos, y que los irá desgranando de forma monótona en un lenguaje docto, pero de difícil asimilación por la mayoría del público.

Javier Urra sorprendió con su apariencia jovial y sencilla, no consultó una sola nota, y utilizó el atril como punto de apoyo de sus manos, controlando así su gran expresión corporal, posiblemente adquirida en sus apariciones televisivas.

El asunto a tratar era: "LA EDUCACIÓN ADECUADA PARA UNA SOCIEDAD DE CAMBIO", y lo que podría haber sido algo tedioso, se convirtió en una velada agradable. Entre los presentes había padres preocupados por la educación de sus hijos, y también personal docente al que Urra se dirigía en especial, pero uno y otro sector entendió perfectamente el mensaje, porque su discurso fue claro y sencillo, comprensible para todos.

Asesoró a los progenitores como reconocer y solventar los problemas de indisciplina que le plantean sus hijos, liberándolos en cierta medida, de la culpa que la sociedad hace recaer sobre ellos cuando un vástago sale díscolo, instruyendo a los profesores sobre los medios a emplear para conseguir los mejores resultados aún en los casos más rebeldes.

La charla, aunque larga, nadie sintió sensación de cansancio, porque si bien era obligado recurrir a ciertos tecnicismos, se hizo con fluidez, sonando bien al oído y aderezada con datos jocosos de su vida personal y profesional, que en más de una ocasión provocaron la sonrisa de los asistentes, haciéndola muy amena.

El final fue interactivo, se abrió un turno de preguntas y respuestas que satisfizo al personal, por el mucho interés y atención que despertó.

Los comentarios a la salida fueron muy favorables, y parte del público se acercó a él para felicitarle, y francamente había razón para ello, porque si alguien se hubiera ocupado de observar la sala durante la disertación, por cierto llena de gente de todas las edades, habría comprobado la ausencia de bostezos, algo que suele darse en este tipo de actos, así que un ¡HURRA! para JAVIER URRA.

ASUNCIÓN DÍAZ.






No hay comentarios:

Publicar un comentario