ENRIQUE IGLESIAS Y EL ESPEJISMO AMERICANO.

Cuando yo era jovencita y en compañía de mis amigas, iba mucho al cine de verano, y en particular cuando proyectaban lo que nosotros llamábamos "películas de amor americanas". Nos llamaba la atención el escote de la chica, su ropa ceñida, su lenguaje pretendidamente liberal y por encima de todo los besos, bueno el beso, ese que los protagonistas se daban el final. Esperábamos dicho momento con cierta excitación, sintiéndonos un poco partícipes de dicha demostración amorosa, dando un codazo a la compañera de asiento para que no perdiera detalle de la duración e intensidad.

Pasados los años, nos enteramos con gran disgusto que todo era de mentira. Ya sabíamos nosotros que era ficción, que formaba parte del guión, pero creíamos que al menos los besos eran auténticos, pues no, se los daban en la barbilla y con una cuidada pose y con ayuda de la cámara nos hacían creer que eran besos de tornillo. ¡¡Menuda decepción!!.

Los de mi generación siempre estuvimos en la creencia de que en América todo era posible y que la gente tenía libertad para casi todo, cuando aquí no la teníamos para nada, pero al parecer tampoco eso era cierto, ni tan siquiera lo es ahora, cuando nosotros nos hemos liberado de tantas cosas.

La reflexión anterior viene a cuento por la noticia que circula sobre que Enrique Iglesias prometió bañarse desnudo en una playa, si La Roja ganaba el Mundial de Fútbol, y desde entonces está siendo vigilado por si decide cumplir su promesa, habiendo sido advertido que de hacerlo tendrá sanción, incluso puede ser detenido.

Cierto es que las sociedades tienen que regirse por normas que hagan posible la convivencia, y no seré yo quién las discuta, pero quiero llegar a la conclusión, que durante años hemos vivido creyendo que más allá de las fronteras ataban los perros con longaniza, y la mayoría de las veces no ha sido más que un ESPEJISMO.